MOLINOS DE CAMPO DE CRIPTANA

 MOLINOS CAMPO DE CRIPTANA


Molinos de Campo de Criptana.

Acuarela sobre papel de 530 x 175 mm. con Horadam Schmincke. 

Viendo ayer los prolegómenos de la llegada a Marte (amarterizaje?) de la sonda Perseverance, y aleccionado, unos días antes, por el vídeo de mi nieto Lucas sobre este acontecimiento que con catorce años ha merecido su felicitación efusiva por la NASA:

Estoy relativizando mentalmente esa gran epopeya y se me ocurre pensar, viendo ese pequeño helicóptero que la acompaña, de hélices muy estilizadas, que volará, Dios mediante, en la enrarecida atmósfera marciana, qué gran cambio significó para los humanos el desarrollo de los molinos.

Aún hoy muchas mujeres, también niñas, niños y hombres, en el mundo, dedican horas y horas de sus vidas a moler el grano a mano para hacer el pan.

Parece que en el siglo tercero antes de Cristo se inventó y construyó el primer molino movido por la fuerza de una corriente de agua  que permitía moler el grano en mayor cantidad y con menos esfuerzo. Del siglo octavo son las primeras, y con el tiempo enormes, norias sobre el Guadalquivir movidas por la fuerza de la corriente y que permitían elevar sus aguas, regar y cultivar grandes extensiones. En el siglo doce empezaron a aparecer en Europa los primeros molinos de viento. De aquellas magníficas máquinas se derivan hoy los enormes aerogeneradores de "energía renovable" que aparecen a cada paso por los paisajes de nuestra (por algunos) querida España.

Capítulo aparte merecen los molinos de los Países Bajos por su magnífica construcción y la ingeniería involucrada en su diseño y tecnología. Y con tal propósito les dedicaré en este mismo blog algunas acuarelas... 

Supongo que para muchas vidas humanas este invento fue más significativo que mandar a Marte un pequeño helicóptero. Pero ello no desmerece la extraordinaria hazaña cuyos resultados prometen ser extraordinarios. De éstos molinos de mi acuarela de hoy, de los del manchego Campo de Criptana, tres de ellos son del siglo XVI y alguno del finales del XX.

Sorprende saber a éstas alturas que aquí en la Tierra  la evolución de los seres vivos no parece haber encontrado un invento como la Rueda, la Hélice o, por ejemplo, el paracaídas...

Aunque en algunos casos se ha acercado bastante o ha resuelto algunos problemas con una elegancia suprema, muy superior a cualquier ingenio humano y con una economía de medios e imaginación espectaculares como ocurrió hace ya millones de años, con los Oniscidea (las que vulgarmente llamamos cochinillas o bichos bola). Los pangolines, los colibríes, libélulas, propágulos, sámaras y ardillas voladoras, por sólo citar algunos ejemplos.



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